La fértil Cuba depende de las importaciones de alimentos porque los agricultores carecen de semillas y combustible
La producción agrícola se ha desplomado en la fértil Cuba a medida que se ha agotado la ayuda a los agricultores de un gobierno que enfrenta duras sanciones y la peor crisis económica en décadas.
El país importa hoy casi todos sus productos alimenticios básicos, frente al ya elevado 80 por ciento antes de la pandemia de coronavirus, según cifras oficiales.
En Artemisa, provincia agrícola, un agricultor de unos 60 años dijo a la AFP que su tierra era "espléndida", pero la falta de fertilizantes y de semillas imposibilitaba su tarea.
El agricultor, que pidió no ser identificado en un país donde el gobierno no acepta las críticas, pertenece a una cooperativa que recibía todos sus materiales básicos del Estado.
Pero ahora "no tenemos nada, no dan nada", afirmó.
"Tenemos malos tractores. No tenemos recursos. No hay combustible. No recibimos aceite ni neumáticos. Tenemos que labrar la tierra con una yunta de bueyes", dijo el agricultor.
Artemisa fue anteriormente un granero de la nación insular, donde la mayoría de los sectores todavía están bajo el control del Estado de partido único.
Antiguamente cada uno de los municipios de Artemisa tenía un centro para almacenar cultivos y comercializarlos, pero ahora estos "prácticamente no existen. No hay forma de comercializar ni transportar los cultivos", afirmó el agricultor.
Según cifras oficiales, la producción agrícola cubana cayó un 35 por ciento entre 2019 y 2023.
La producción de azúcar, que alguna vez fue el producto emblemático del país, se desplomó de 816.000 toneladas en la temporada 2020-2021 a 470.000 en 2021-2022, y la mayor parte del arroz y los frijoles, alimentos básicos cubanos, están llegando del exterior.
En septiembre, el ministro de Economía, Alejandro Gil, dijo que el gobierno ahora importa "prácticamente el 100 por ciento de los alimentos básicos para la familia".
A las debilidades estructurales de la economía cubana se suma una lenta recuperación del turismo, la segunda fuente de ingresos de divisas antes de la pandemia, y el endurecimiento de las sanciones estadounidenses desde 2021.
El gobierno ya distribuye gran parte de los alimentos en la isla a precios subsidiados a través de un sistema de racionamiento para los 11 millones de habitantes de Cuba.
En otras partes de Artemisa, el pequeño agricultor Jesús, que tampoco quiso dar su nombre completo, dijo que el rendimiento de la malanga, un tubérculo muy apreciado por los cubanos, se ha reducido a la mitad.
Esta plantación "da de cuatro a seis sacos por surco, antes daba el doble. Pero ahora la cosecha es verdaderamente una cuestión de suerte", afirma Jesús, descalzo en el campo que trabaja desde hace 40 años.
Etienne Labande, representante del Programa Mundial de Alimentos (PMA), dijo a la AFP que la amenaza de la inseguridad alimentaria es real.
"Hay escasez de alimentos producidos localmente y es bien sabido que importar a Cuba es muy complicado" debido al embargo estadounidense vigente desde 1962. "Entonces hay un riesgo", afirmó.
Los problemas han empeorado desde que una reforma monetaria en 2021 hizo que la inflación aumentara al 45,8 por ciento entre enero y mayo de ese año y al 39 por ciento en 2022, según cifras oficiales.
Algunos analistas dicen que la inflación probablemente haya alcanzado los tres dígitos.
Un informe reciente del PMA dijo que los precios más altos de bienes y servicios básicos han aumentado "la vulnerabilidad de los hogares a la inseguridad alimentaria".
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, "una persona sufre inseguridad alimentaria cuando carece de acceso regular a suficientes alimentos seguros y nutritivos para su crecimiento y desarrollo normales y para una vida activa y saludable".
Cuando asumió el poder en 2008, el entonces presidente Raúl Castro inició una reforma agrícola para estimular la producción de alimentos.
Permitió a los agricultores cultivar tierras ociosas que no les pertenecían, cerró granjas estatales improductivas y autorizó la venta directa de alimentos al sector turístico.
Pero Pavel Vidal, economista cubano y académico de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia, dijo que si el gobierno "no se basa en la lógica del mercado (las reformas) no darán frutos".
Las cifras oficiales muestran que las importaciones en el primer semestre de 2023 alcanzaron los 4.300 millones de dólares, de los cuales 1.600 millones se destinaron a alimentos y gran parte del resto se gastó en petróleo. Las exportaciones valieron sólo 1.280 millones de dólares.
"No podemos, con tierras disponibles y capacidad de producir, (esperar) que venga del exterior el barco del arroz, ni tampoco el del frijol", advirtió en julio Gil, el ministro de Economía.
A principios de octubre, la agencia cubana Prensa Latina anunció que próximamente llegarían huevos y café desde Costa Rica.
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